Solidaridad con ellos y con todos los que sufren la violencia escolar en las aulas. El colegio Andrés de Ribera fué mi lugar de estudio durante la EGB y los recuerdos de aquella época, entrañables. El olor a goma de nata, a cartuchera de lápices y a los guisos que nos daban en el comedor. Ahora por desgracia, es protagonista este centro de una grave agresión de un padre a un profesor, ante los alumnos en el recreo.
Mi solidaridad hacia ellos y un gran toque de atención a los padres, que independientemente de la escuela son el pilar fundamental de la educación de nuestros hijos y de la convivencia en sociedad. De como eduquemos a nuestros hijos, dependen en gran medida los hombres y mujeres del futuro. Con educación en familia, debemos erradicar el odio, las malas formas, la intolerancia, la envidia y potenciar el respeto a las personas mayores y docentes, al mundo en general, potenciar el amor al prójimo.
Respeto, respeto y respeto. Aquellos que insultan, agreden y amenazan demuestran que no tienen nada más en su cerebro falto de conciencia y repleto de incultura. Son seres huecos de los valores que engloban la educación y que todo ser humano debe poseer como principio de humanidad. ¡Estoy con vosotros queridos "profes".